En el auditorio de la biblioteca institucional Mariano Renedo Lucero de la Universidad Adventista de Chile (UnACh) tuvo lugar la firma de un convenio con el Centro de Desarrollo y Negocios del Servicio de Cooperación Técnica, SERCOTEC, Chillán el martes 30 de agosto de 2016.
A través de este acuerdo se podrán articular distintas actividades, capacitaciones, estudios de mercado, asesorías y otros. Esto fue posible gracias al trabajo y gestión del profesor Luis Luna, titular de la Unidad de Vinculación con el Medio de esta casa de estudios.
En el acto estuvieron presentes el Dr. Ramón Pérez, vicerrector académico de la UnACh; Jaime Lobos, decano de la Facultad de Ingeniería y Negocios (FAIN); y Juan Carlos Medina, director de la entidad de gobierno.
Esta institución es una iniciativa del estado que está operando a través 50 centros en todo Chile a través de un convenio con Estados Unidos, con la Universidad de Texas, y mediante la cual se está transfiriendo un modelo para mejorar la productividad por medio de una serie de asesorías y mentorías vinculadas a empresas de menor tamaño del país, a la pequeña y micro empresa, y que apunta también a los emprendedores.
SERCOTEC es una corporación de derecho privado, dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, dedicado a apoyar a este nicho de bloques productivos, para que se desarrollen y sean fuente de crecimiento para la nación.
El personero invitado declaró: “Quiero agradecer esta instancia que se nos ha ofrecido; porque, efectivamente, una de las misiones del Centro de Desarrollo y Negocios es la vinculación con el medio productivo. Y para nosotros es muy importante el poder capturar y mejorar todos los servicios que genera el Centro hacia el territorio productivo. Y para ello es muy importante y clave el poder vincularnos con la universidad, con la academia”.
Por su parte, el decano Lobos señaló: “Lo más importante es que nos pone al nivel del tejido productivo de la Región. El Centro de Desarrollo y Negocios es una iniciativa gubernamental que cuenta prácticamente con 200 empresas de emprendedores, de micro y pequeños empresarios que, sin duda alguna, requieren también que la Universidad con su conocimiento pueda hacer con ellos transferencia tecnológica. Por lo tanto, creo que la Universidad, en general; y la Facultad, en particular, ganan ese posicionamiento. Ahora el desafío es traducirlo en proyectos concretos y específicos que vayan en beneficio de estas personas; pero también en beneficio del desarrollo profesional y formación de nuestros alumnos”.
